viernes, 29 de agosto de 2008

DISTRITO DE VILLAVIL




Dentro de los 11 distritos que componen el departamento de Andalgalá, se encuentra Villavil. Distante 8 km. Del centro cívico de la ciudad. Está situado en las márgenes del Río del mismo nombre, surcados por cadenas precordilleranas que corren por ambos perfiles, separado por quebradas y llanuras.
Villavil proviene del vocabulario aborigen que da nombre al lugar.
Etimológicamente: Vil- lugar o pueblo y Villa viene de huilla y simboliza liebre. Por lo tanto el significado del nombre Villavil alude a lugar o pueblo de la liebre.


VILLAVIL: CONTEXTO SOCIO-ECONOMICO Y CULTURAL


En este distrito los Diaguitas desarrollaron una industria cerámica de gran calidad y belleza. Fabricaban piezas de uso domestico utilitario como pucos, ollas, jarros, cananas y tinajas, y otras de carácter ceremonial como las famosas urnas funerarias que servían para enterrar los párvulos y jefes tribales. Su industria lítica era variad: morteros, hachas, cuchillos, raspadores, punta de flecha y mascaras de piedra que usaban en practicas rituales y constituyen hoy piezas de gran valor museístico. Los muertos se enterraban en tumbas aisladas o en cementerios comunales, con ofrendas. Los niños muertos se enterraban directamente en el suelo, algunas veces en posición extendida.
En la población indígena, la subsistencia se basó en la agricultura, siendo uno de los principales productos el maíz, aunque no se descarta la importancia de la papa y el zapallo.
Por otro lado se complementaba la alimentación con una significativa recolección de especies del campo, entre otras, la algarroba, mistol, chañar, como así también la miel.
La ganadería fue una actividad importante para la producción de carne como de lana, tal cual lo demuestran los numerosos elementos arqueológicos, no solo los huesos de camélidos encontrados en las excavaciones, sino también los elementos de hilar. Además se obtenían de estos animales huesos para confeccionar puntas de proyectiles.
Estas comunidades realizaron innumerables obras de construcción en las que se pueden encontrar terrazas, andenes y canchones de paredes de piedra, que creaban superficies planas y frenaban la erosión de los suelos.
Los diaguitas tenían ideas religiosas de carácter naturalista. Consideraban el sol como el Dios más importante, el trueno y el relámpago como divinidades menores. En sus festines, los hechiceros y chamanes, cuya función era muy venerada, consagraban al sol la cabeza de un venado cubierta de flechas, pidiéndole fertilidad para sus tierras y untaban a los circunstantes con la sangre del animal. En este mismo sentido los Diaguitas tenían símbolos representados en la cerámica, caso de la cruz y del sapo que se invoca para obtener el beneficio de la lluvia.
Cabe destacar que los aborígenes dejaron su sello personal en la cultura villavilista, que recibió influencia y se reflejó en lo social económico y cultural.

La capilla del lugar responde a la veneración de Santa Gertrudis, creada en 1946. En 1880 según relatos de pobladores, aseguran que se construyó una emita bajo la advocación de la misma santa. Dicha construcción fue arrasada por una creciente.

La población: según relevamiento del año 2004 Villavil cuenta de 110 habitantes.

Los organismos y servicios públicos con que cuenta este distrito son: delegación municipal, posta sanitaria, cementerio. Luz eléctrica, agua potable, TV por sistema de cable, telefonía pública y móvil y transporte urbano.

Minería: según relato de habitantes del lugar se sostiene que minerológos a través de estudios, pudieron demostrar que en este distrito existen de forma diseminada, minerales como oro, rodocrocita y otros de menor valor económico.
Actualmente se explota una cantera de piedra fluorita en sus 5 variedades y otra de piedra laja, esto en los cerros y lomadas adyacentes.




LEYENDA

EL SOCAVÓN DE VILLAVIL:
Por Ana Maria Sacchetti de Larcher

Es común escuchar relatos sobre los tesoros indígenas y la avaricia de los españoles. Este es uno más.
Cuando Francisco de Nieva y castilla levantó el Fuerte de Andalgalá, ya estaba avecinando en Julumao don Antonio de Iriarte. Uno de sus segundones, de apellido Maldones, estaba encargado de los labrantíos que habían empezado a hacer para aprovechar las aguas del Río Villavil.
En sus andanzas, se granjeó la simpatía de dos indios jóvenes que estaban a su servicio y en los primeros intentos de comunicación, más por señas que por palabras que todavía no compartían, se enteró de que por allí había una mina de oro. Eso fue suficiente para que el españolito se hiciera la película, aunque en ese entonces habría sido más adecuado decir la fábula.
Usando la fórmula archi conocida en todas estas historias, regalar chafalonías, Maldones al fin consiguió que los naturales lo llevaran al sitio del “tapao”. Un socavón bajaba hacia el interior de la montaña, por unas escaleras labradas en la roca. A bastantes metros empezó a refulgir el mineral. Cuando pudo entenderse mejor, supo que solo los dos indios sabían de la existencia del tesoro, porque ellos habían explorado por sí solos la mina abandonada y tuvieron la suerte de destapar estas nuevas vetas.
No pasó mucho tiempo y Maldones, valiéndose de intrigas, hizo que a los indios los llevaran a trabajar a otra merced, situada en la Rioja, de donde no volvieron más. Pero, aunque pensó que le quedaba para el solo el tesoro del socavón, su desconocimiento de las serranías no le permitió encontrarlo por mucho tiempo. Cuando por fin lo halló, luego de una agotadora y escabrosa búsqueda, lo marcó con piedras, pero luego lo volvió a perder.
Y así pasó su larga vida, caminando por las serranías días y días, hasta agotarse. Cuando por fin encontraba la bocamina, la marcaba y volvía al poblado para buscar los pertrechos necesarios y sacar el oro. Pero siempre ocurría lo mismo, por más que tomaba todos los recaudos para orientarse, volvía al mismo sitio y ya no la encontraba. En los últimos años de su vida empezó a contar de su supuesta mina de oro y muchos lo tomaban por loco.
Maldones se murió muy viejo, pero la creencia en la existencia de la mina perduró hasta hoy en día. Muchos cuentan que encontraron la boca del socavón de Villavil quebrada arriba, pero cuando vuelven a buscarla ya no la encuentran.




Escuela provincial nº 395 de Villavil: fue creada en 1921. Su primer director fue Don Moisés Arias. En 1954 y luego de haber pasado por otros domicilios, se establece en el edificio en el que hoy funciona. En 1978 todas las escuelas que pertenecían a la nación pasan a depender de sus respectivos gobiernos provinciales y la institución recibe el nombre de Escuela Provincial nº 395 de Villavil. Al cumplir las bodas de diamanteen 1996 a través de una petición realizada por la comunidad de Villavil, se impone el nombre de María del Rosario Carrizo. Destacada deportista del paracaidismo, nacida en este distrito.

Villavilistos sobresalientes:
Maria del Rosario Carrizo
Rosa Moreno-coplera
Marcela Moreno-artesano
Roberto Ramos-artesano
Ilario Romero-artesana
Los de Villavil-artistas

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