martes, 16 de septiembre de 2008

NO OLVIDAR

NO OLVIDAR

Dentro de un baúl del tiempo guardo mi secreto
Es el tiempo de todos, todos lo que aún recuerdo

Recuerdo al Tuste, con su bandoneón a cuesta
Las manos engrasadas, de huesos de chancho que cargaba
Entiendo de las borracheras del aún doctor Aibar
Con el frizer lleno, a Huaco siempre pasa
El doctor Moran, doctor en serio, de esos que Vivian,
Hasta para que vivan los chuecos
Ahí nomás y serquita el doctor ovejero
Tallador de tiempo completo pero con un poco de sueño
No habría legislaciones, sin don Agustín Cata,
Y si de quórum se trata, Pepe Roldan completaba
Era invitado y sin tarjeta, a todas las fiestas del pueblo
Con el bombo y el tango a cuesta, Pió Cecenarro y compañeros
Indio I`piedra le decían y el dulce de lima prefería
Cutino el indio de la comparsa, te recuerdo aquí en mi casa
Como pegado al lomo del burro y no me acuerdo que camine
Don pingüino que aún vive desde aquí yo lo saludo
Ahí van las tres Marías la que se de vuelta es la mía
Y revoleando una bolsa Fisher nos decía
De cuidados especiales era el verdor de la plaza
Que a fuerza de varilla don Jeshula sostenía
Solo cuando terminaban los bailes, a mal paso Tato se iba,
Por la vereda de mi casa a las señas,
Que se yo que me decía.
Son recuerdos de la infancia que resuenan en mi mente y sin afán de ofenderle le cuento para que se acuerde



Autora: Maria de los Ángeles Marquez

CARRERAS CUADRERAS

CARRERAS CUADRERAS DE MALLI 2º


Los domingos en Andalgalá la gente busca salir de casa y hacer actividades que nada tengan que ver con la rutina diaria. Algunos van de paseo, otros hacen deportes y otras tantas actividades que Andalgalá ofrece. O bien se disponen a un día de relajación. Dentro de las actividades recreativas y un tanto deportivas esta ubicada la de las carreras cuadreras, que se realizan tanto en el distrito de Malli 2º, como en el distrito Chaquiago, ambos ubicados en puntas extremas del centro cívico de la ciudad de Andalgalá.
Hablar de las cuadreras es hablar de historia del lugar, ya que la cancha de carreras ubicada en el distrito de Malli 2º fue creada en la década del 60, que en sus comienzos estaba construida con unas gateras de palo. Una década después se hicieron las que hoy existen. En el departamento de Belén.
En esos años, la gente que se dedicaba a la crianza de caballos pura sangre, conformaron una comisión para organizar las carreras, las cuales después de algunos años dejaron de llevarse a cabo, a raíz de distintas problemáticas, y que hoy en el año 2008 han vuelto a resurgir para mantener una parte de la tradición de nuestro pueblo.
“El saber de nuestro pueblo” estuvo participando de las mismas. He aquí el relato de una competencia de esas.
Perdida en medio del campo y tratando de buscar una salida, encontré, y de pura casualidad nomás, una muchedumbre de gente que bordeaba dos alambrados paralelos, y gritaban desaforados frases como ¡cincuenta a Choya! ¡Pago los cincuenta al zaino silla verde!. Pronto me di cuenta que se estaba apostando, y al asomarme comprendí que se trataba de una carrera de caballos. Prestos a largar, estaban dos cuadrúpedos un poco sedientos que paseaban al son de las apuestas para demostrar sus virtudes o defectos que todos sabían detectar. Febo calentaba, y bastante, la cabeza de uno cuantos copiaos de mas y desvelados que se paseaban de un lado a otro comprando una cervecita o un tintito para refrescar la tarde. La autoridad policial inhibía a los actos del alcohol que no se dejaban ver. Don Gomes practicaba a esa hora el arte de dormir parado mientras algunas mujeres con sus pequeños hijos mateaban bajo la sombra de algún árbol que en otra oportunidad un borracho abría utilizado de baño. Sin saber como era el asunto algunos de prepo me agarraron de tenedora (tener la plata de los dos apostadores) cuestión que me tentó a apostar a mi también. Tuve que entregar todo y con eso les digo lo que pasó, la carrera largó y los choyanos se llevaron la victoria que al mismo tiempo los jueces de línea asentían. Era un trajín de billetes que en un rato se ordenó, mientras se anunciaba ya la última carrera. Eran serca de las siete de la tarde y el sol ya anunciaba que se estaba retirando y que todos debían hacer lo mismo. La cantina que estaba a cargo de los chaquiagueños en esta oportunidad, ya se estaba desabasteciendo y los concurrentes de a poco se iban largando, para así dar fin a la jornada dominguera.

Autor: Maria de los Ángeles Marquez

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Niños escritores de Andalgalá

Una puerta al pasado
Para conocer mejor Andalgalá, la perla del oeste catamarqueño, te invita a recorrer su historia. Una historia llena de las huellas de los aborígenes diaguitas.
También llamados calchaquíes, los diaguitas habitaban los cerros y valles del noroeste argentino. Se organizaban en tribus y eran gobernados por un cacique. El más conocido fue don Juan Calchaquí.
Adoraban muchos dioses: el sol, el trueno, el rayo y la pachamama. Los sacerdotes también eran médicos y cuando alguien fallecía, después de la ceremonia de entierro, se quemaba su casa para que el alma del difunto no regresara. Hablaban el idioma Kakán, que hoy se ha perdido. Eran muy buenos artesanos. Se destacaban pos sus piezas de cerámica: ollas, cántaros y vasijas. También, por las urnas funerarias en las que enterraban a sus muertos. Cultivaban la tierra y tenían un sistema de riego por canales. Criaban llamas y alpacas. Eran muy buenos músicos. Tocaban pingollos y cornetas. Además, utilizaban la flauta de pan y de madera. Vestían túnicas o camisas largas y calzaban ojotas de cuero. Vivían en casa cuadradas de piedra y con techos de paja. Como arma usaban el arco y la flecha y combatían de pie. Hoy todavía se pueden encontrar rastros de los primeros habitantes de nuestras queridas tierras.

Datos: Carla Fair Rija
Niños escritores de Andalgalá

martes, 2 de septiembre de 2008

Niños escritores de Andalgalá

ANDALGALÁ
Es mi pueblo encantador por sus costumbres tan provincianas como tomar mate cebado, comer dulce de membrillo asado. Está rodeado de montañas, ríos y arroyos. Todo esta lleno de plantas: algarrobos, espinillos, retamas, tuscas, mistoles, jarilla, tunas y cactus. Nosotros podemos disfrutar de la naturaleza: de los árboles y ríos para refrescarse en verano.
Además, quienes nos vistan pueden adquirir artesanías y productos regionales de calidad. Recomendamos, sobre todo, el aceite de oliva de primera prensada y el dulce de membrillo. Los amantes del folklore, en enero, pueden disfrutar del Festival Nacional del Fuerte.
Es muy importante la actividad minera y no queremos dejar de mencionar que en nuestro pueblo se encuentra la reserva de rodocrosita más importante del mundo y que nosotros llamamos “Rosa del Inca”
Ojalá que quienes no conocen nuestro pueblo vengan a visitarlo.

Por Daniela Sacaba, Franco Ramos, Araceli Flores y Daniela Valdez.
Niños escritores de Andalgalá